Reforma de un pequeño local para acoger un estudio de arquitectura e interiorismo, donde la continuidad de materiales y los tonos claros cogen protagonismo.

La madera utilizada en puntos concretos aporta calidez a un espacio dominado por el microcemento y el hierro pintado. La mesa de trabajo se plantea como una escultura en hierro, en equilibrio entre el suelo y la pared, plegándose entre ambos planos.

El resultado es un espacio limpio, minimalista y joven, sin cerramientos que obstaculicen la amplitud visual, y potenciando el trabajo colaborativo y actual.